Errores societarios que pueden arruinar un negocio
A la hora de iniciar un negocio, una de las cuestiones con las que se encuentra el emprendedor es… ¿sólo o acompañado?. Es una pregunta muy importante y su respuesta no debe hacerse a la ligera. Una buena idea, una buena planificación empresarial, una buena estrategia de lanzamiento y un buen nivel de ventas pueden irse al traste por los errores societarios.
Los errores societarios son aquellos que se cometen en el nacimiento de la empresa y, que a largo plazo, pueden lastrar e incluso arruinar un buen negocio. Son errores que surgen en el origen o pueden aparecer más adelante, pero que, de cualquier forma, provienen de la relación entre los socios, la comunicación y la filosofía empresarial de los mismos y que merecen una profunda reflexión previa que nos evite problemas en el futuro.
Los errores societarios son aquellos que se cometen en el nacimiento de la empresa y, que a largo plazo, pueden lastrar e incluso arruinar un buen negocio. Son errores que surgen en el origen o pueden aparecer más adelante, pero que, de cualquier forma, provienen de la relación entre los socios, la comunicación y la filosofía empresarial de los mismos y que merecen una profunda reflexión previa que nos evite problemas en el futuro.
En primer lugar, raras veces los socios definen cuáles son sus objetivos respecto a la empresa y analizan si son los mismos. Una persona puede montar una empresa con el objetivo de ganar dinero lo más rápido posible mientras que otra busca una realización personal o profesional en ella. En un caso así pueden producirse situaciones críticas que afecten a la estabilidad de la empresa, supongamos que la empresa no obtiene los beneficios deseados, el primero puede desanimarse y plantear problemas mientras el segundo está contento con el trabajo y no le preocupa las grandes rentabilidades.
Pongámonos en el mismo ejemplo con la situación contraria, la empresa funciona mejor de lo previsto, una gran empresa del sector le echa el ojo y les hace una oferta de compra. El primer socio, encantado, está interesadísimo en aceptar la oferta mientras el segundo ve peligrar su trabajo por un puñado de dólares. Distintos objetivos personales pueden ser un foco de problemas, es importante, antes de asociarse, tener claro lo que espera cada uno y si no hay coincidencia, mejor no plantearse la aventura.